Muchas veces cumplimos con los rituales y con las costumbres sin saber muy bien el motivo ni el origen de la gran mayoría de ellas. Halloween no es una excepción y la gran mayoría de la gente corre a la tienda de disfraces para conseguir un atuendo divertido sin saber muy bien de donde viene esta tradición.
En primer lugar debemos hablar del nombre en sí de la festividad. Halloween es una abreviatura de All Hallow’s Eve, frase que se traduce al español como Víspera de todos los Santos y que se celebra el 31 de octubre.
Halloween es una festividad pagana que tiene sus raíces en un antiguo festival celta conocido como Samhain (cuya traducción es fin del verano). Con esta fiesta se daba por finalizada la temporada de cosechas en Irlanda daba comienzo el Año Nuevo Celta coincidiendo con el solsticio de otoño.
Esta tribu tenía como tradición tallar algunas verduras, principalmente nabos, que se usaban como linternas para iluminar y espantar a los malos espíritus. Cuando los irlandeses comenzaron a emigrar a los Estados Unidos comenzó a extenderse rápidamente esta tradición pero se hizo más popular lo de tallar las calabazas ya que era mucho más sencillo.
¿Y por qué nos disfrazamos en Halloween? Muy sencillo. En aquella época la creencia era que los espíritus de los muertos regresaban esa noche para intercambiarse con los vivos. Para evitar esto, la gente solía usar máscaras y cambiar de ropa y atuendos para ocultar su identidad y evitar así que las ánimas pudieran invadir sus vidas.
Como veis, toda tradición tiene su origen. Aunque hoy en día esta fiesta se ha popularizado prácticamente por todo el mundo, tuvo sus inicios en una pequeña tribu de Irlanda y muy poco tiene que ver con el trato que se le da a esa noche en la actualidad.