Hace unos días se podía leer en el diario catalán ‘Regió 7’ de Manresa el siguiente anuncio clasificado “Señor mayor desea amistad con señorita hasta 37 años, no fumadora, buena presencia, sensible, amante naturalaleza. Dejo herencia”. Este anuncio que podría parecer una broma y que tiene un toque pertubador venía de Alberto, un anciano de 82 años de Manresa.
Y por raro que parezca, recibió varias llamadas e incluso acabó haciendo una selección. La afortunada fue una cubana de treinta y tantos divorciada y con dos hijos. “Sé que estará conmigo por el dinero, pero no me da miedo que me quiera matar. La comida, de momento, me la hago yo” declaró abierta y sinceramente este jubilado a varios medios cuando la noticia saltó a la palestra.
“El trato es que nos tenemos que casar porque yo quiero estabilidad. Quiero una relación normal, tener compañía y que me cuiden. También tengo mis necesidades. Si no me lo da tendré que buscar a otra persona, A cambio les doy seguridad económica. Soy una persona muy activa, me cuido mucho y eso les gusta cuando me conocen. Ya he salido con chicas menores de 30 años pero de otro país ya que a las de aquí les da vergüenza salir con un jubilado” explicó en la misma entrevista. Sin duda, un hombre con las ideas claras.